Del barrio al mundo: artistas migrantes de Nueva York usan tecnología para trascender fronteras

Comunidades inmigrantes en Nueva York utilizan el arte como forma de expresión y recurren a la tecnología para lograr proyección a nivel internacional

Por: Felipe Téllez • Colombia.com
Arte. Foto: Shutterstock Sorapop Udomsri
Arte. Foto: Shutterstock Sorapop Udomsri

Comunidades inmigrantes en Nueva York utilizan el arte como forma de expresión y recurren a la tecnología para lograr proyección a nivel internacional

En barrios como Bushwick, el Bronx y East Harlem, en Nueva York, donde residen numerosas comunidades latinas inmigrantes, abundan las bodegas que han dejado de ser simples espacios de almacenamiento para convertirse en prestigiosas galerías de arte. Allí, las culturas migrantes, a través de pinceles, aerosoles y mucha pintura, han logrado que estos lugares alcancen gran visibilidad institucional y participen en ferias internacionales.

Este movimiento responde a estrategias de autogestión, mediante las cuales las comunidades inmigrantes superan las barreras tradicionales que, durante décadas, dominaron las más prestigiosas galerías de Nueva York y mantuvieron en el margen a la cultura migrante. Gracias a las nuevas tecnologías, estos espacios se han convertido en focos de visibilidad para turistas y residentes de las zonas aledañas.

“Exhibir en la calle asegura un diálogo masivo con la comunidad; entrar en una galería otorga legitimidad en el mercado y acceso a coleccionistas y curadores”, menciona The New York Times en una investigación que resalta la nueva ola de artistas inmigrantes en la ciudad. Este movimiento resume el recorrido de muchos latinos emergentes, que han hecho del trayecto “de la bodega a la galería” una práctica habitual, utilizando cada entorno como escenario para plasmar su arte en Nueva York, Estados Unidos.

Espacios como la librería Mil Mundos Brooks, ubicada en Bushwick, además de ofrecer literatura latinoamericana, funcionan como galerías que han servido de trampolín hacia instituciones como The Clemente Center, en el Lower East Side, o la Hunter East Harlem Gallery. Las comunidades inmigrantes, junto con residentes locales y centros independientes, han permitido que estos espacios alcancen públicos amplios y diversos.

El arte callejero y el institucional se han entrelazado, consolidándose en barrios como Bushwick y el Bronx. Los grandes murales creados por artistas inmigrantes dan vida a exposiciones formales, incrementan el turismo en estas zonas y fortalecen el vínculo comunitario. Como señala The New York Times, esto resulta esencial para comprender el impacto de los artistas inmigrantes latinos en la ciudad.

Estas expresiones artísticas se expanden a través de redes sociales, residencias y ferias en ciudades como Ciudad de México, Bogotá, Buenos Aires y Madrid. Así, se construye un relato que trasciende fronteras: un arte profundamente arraigado en las raíces de las comunidades migrantes y abierto a un diálogo de alcance mundial.