¿Cómo identificar huevos frescos y evitar malas experiencias al cocinarlos?

Los huevos suelen ser el alimento más consumido en las mañanas, pues cuentan con una alta variedad de preparaciones y términos que se pueden degustar no solo en la mañana sino en el resto del día, incluso como acompañante de un almuerzo.

Hoy en día se sabe que muchos de estos huevos pueden pasar por algunos procesos para su debida conservación y mantener los nutrientes y aminoácidos, sin embargo, por el posible tiempo que lleven expuestos a diferentes temperaturas, esto llegan a descomponerse sin que nos demos cuenta, ya que no lo descubrimos sino hasta que se rompe y sale su peculiar olor.

Para evitar que te topes con un “huevo picho” es importante tener presente algunos trucos en su apariencia para evitar estos malos ratos, en especial cuando se adiciona en alguna preparación y perdemos todo el proceso.

Identificar un huevo en malas condiciones se puede notar sin necesidad de romper su cáscara, uno de los trucos es tener a la mano un vaso ancho con agua, solo deberá sumergir el huevo en el recipiente y observar la reacción. Primero, si el huevo flota significa que no está en óptima condiciones para consumir, si demora mucho tiempo en hundirse también en señal de alarma, pues deberás comerlo rápidamente.

Los huevos que tengan la cáscara averiada también pueden ser riesgosos de consumir, pues las bacterias tienen una vía de entrada y si se consume puede generar malestares estomacales.

Si has roto el huevo también puedes apreciar algunas características, entre ellas, la yema, si la nota con un amarillo “apagado” o verdoso es alerta para no consumirlo.

Para evitar altos riesgos de descomposición se recomienda guardarlos en la nevera, pues al menos lograrás que duren de 7 a 10 días y una frescura de 3 a 5 minutos para que no pierdan su sabor y proteínas.